Juego de mesa que parece ser que es de niños, pero nadie sabe porque le gusta más a los adultos. Juego de habilidad en el que cada jugador dispondrá de una mano de tejado que indican las paredes que se deben colocar.
Estas paredes deben colocarse sobre una serie de puntos marcados en unos cimientos antes de colocar la carta de tejado.
Luego, el jugador lanzará un dado que determinará cuantas plantas puede ascender su personaje, pero si accedemos a una planta ocupada por otro jugador, ocurrirá un combate.
El que pierda el combate deberá descender una planta.
